Percepciones recibidas en Ceremonia (empatógeno)

Percibimos bichitos enjambre que se alimentan y brillan con la actividad creativa. En la pasividad (TV, redes) se mueren de hambre. Están relacionados con los neurotransmisores, como si más que sustancias fueran microorganimos que comunican todo el cuerpo. En luz, proyectan sus genitales entre ellos y con los de otras personas y se reproducen. En carencia proyectan sus bocas y se canibalizan (vampirizan). Existe la posibilidad de que los bichitos en luz proyecten sus genitales a los bichitos en carencia para nutrirlos con luz que les sobra y así puedan reiniciar el ciclo creativo. Paralelismo con las personas: en carencia hablan y discuten parasitando así la energía uno del otro. En brillo la comunicación es energética y lleva al despliegue de la energía sexual y creadora.

Conciencia de no tratar de luchar contra los parásitos, sino nutrir las simbiosis. Que en las plantas con plaga, son microorganismos los que producen las toxinas que las curan, no las células de la planta, y que viven en simbiosis. Lo mismo con la flora intestinal. Conciencia de infinidad de seres viviendo dentro de mí, con conciencia colectiva espiritual y energética. Mucha alegría. Sensación de que es maravilloso poder ser un banquete para ellas y nutrirlas y de todo lo bueno que generan para mí.

Es inevitable que otros seres se alimenten de mi energía. Pero en rechazo, solo pueden llegar seres abusivos que se alimentan de nosotros como gallinas en cocido. En su lugar, permito que toda la luz que irradio naturalmente sea alimento para seres que no quieren desangrar gallinas, sino alimentarse de sus huevos. A cambio, las cuidan, curan y alimentan con todo su cariño, les hablan. Si vamos a ser “cultivados”, que sea como granja ecológica y no como matadero. Al sintonizar la posibilidad de que otros seres se nutran de mi luz, llegan los seres que resuenan con ello y con cariño me cuidan y guían, me instruyen, me ayudan a crecer, porque cuanta más luz genero (que yo ni siquiera puedo aprovechar) más felices están y más recursos tienen para ayudarme.

Para una persona la energía sí está limitada, pero su luz es ilimitada. Cuando no ofrecemos nuestra luz, los seres parásitos se tienen que alimentar de energía biofísica y nos agotan como parásitos. Pero al ofrecer la luz que el alma irradia permanentemente, los seres que llegan en simbiosis eliminan todos esos parásitos y transforman nuestra luz en energía aprovechable para nuestra vida.

Es como ser un árbol que no puede con tantos frutos, y si no los entrega, si no alimenta a pajaritos etc, vendrán gusanos y plagas y se pudrirán, incluso en el árbol. Y dando los frutos es que todos los que se alimentan de ellos, abonan y fertilizan además de vivir en un ecosistema de celebración de la vida.

Hay muchos tipos de vida. Aquí todo se basa en el agua y el ADN se forma con los 4 componentes conocidos. Pero en planetas gaseosos hay seres de aire cuya codificación de conciencia (de Ser) es a través de moléculas gaseosas. Incluso en este planeta, el prana es en realidad estar comiéndose infinidad de seres gaseosos (como plancton en el agua) que trascienden en luz a través nuestro y dejan como residuo una sustancia de la que podemos tomar energía electromagnética.

Hay también seres electromagnéticos… no es que los cables de alta tensión generen una brecha por la que se cuelan entidades, sino que esos cables generan una energía en la que estas entidades pueden reproducirse y alimentarse, como mosquitos en agua estancada. Entonces existe la posibilidad de abrirse a tomar estos seres dentro de uno y nutrirlos con nuestra luz para que trasciendan, a cambio de nutrir nuestro campo electromagnético con su residuo que dejan atrás.

Igual con los aliados espirituales y cósmicos: lo que toman de las ofrendas o de los rezos es la energía de luz que ponemos en ellos. Pero ellos agradecen más la simple entrega de la propia luz que irradia infinita, en lugar de cerrarla, para que puedan nutrirse con ella y regresarla en forma de ideas, inteligencia, protección, etc. En caso de no hacerlo, otros seres que son más abusivos la tomarán por la fuerza a través de drenajes e implantes de todo tipo.

Hablando del precio que se paga en envejecimiento por el trabajo espiritual, indican la posibilidad de invocar el “código original”, que se manifiesta como el Ser de Luz previo a las encarnaciones que es como ser joven y en plenitud, que dentro del cuerpo se siente como un embrión capaz de nutrir a cualquier parte del cuerpo y repararla. Dentro de este Ser y del Embrión hay un Sol de energía infinita, que se activa y recuerda cuando salimos a ver y sentir el Sol haciendo conciencia de estar nutriendo ese sol interior.

Como voy a hacerme un tratamiento con células embrionarias ovinas, me llega el ternero muy confundido con la negación de la vida. Le muestro cómo sería esa vida, y que si quiere existir le doy un lugar como ser espiritual. Se llena de alegría y los otros nahuales se hacen “cachorros” para jugar con él y conocerse, y después se convierte en un gran toro juguetón y poderoso junto a mis otros animales de poder. Me recuerdan que lo que importa es la evolución de los seres y que todo lo que coma lo entregue a la luz, para digerir entonces libre de conflicto la sustancia que el cuerpo necesita. Indican también la posibilidad de ingerir un huevo completo crudo entero para que su material genético sea aprovechable por el cuerpo en regeneración. Y espiritualmente el pollito se convierta en un gran gallo o gallina en plenitud de sus cualidades, y trasmitiéndolas con amor, fuerza y poder.

La cuestión es que desde la identidad material, todo es un juego de carencia, mientras que desde la identidad espiritual la energía de luz sobra, es infinita, y es lo que todos seres agradecen y en lo que finalmente se satisfacen.

Al dar las terapias, a menudo llega el conflicto de no estar recibiendo (cobrando) en equilibrio por lo que se entrega. Hablamos de moverse de la identidad de “ser buen terapeuta entre marginales” a la de “ser un gran Sanador entre profesionales (como médicos) de alta reputación: cambiar de paradigma.

También la idea de que si cobro más, debo desgastarme más.

Dicen que uno debe dar todo lo que esté en su mano, hacer todo el bien posible, solo por amor, y también pedir y recibir de esa dimensión espiritual la energía que no solo regenera sino que nos lleva a crecer.

Por un lado siento que me muestran un lugar de recuperación con cámaras de plasma donde el cuerpo toma todo lo que necesita para repararse y adaptarse a los nuevos retos. Sólo hay que desear estar/proyectarse allí. Por otro indican que cada vez que una entidad trasciende a través de mi cuerpo, no lo nutra con mi energía bioquímica sino con mi energía fotónica de luz. Y que en lugar de desechar el residuo energético, lo use para nutrirme, reciclando esa energía que la entidad ya no ocupa.

Al no estar reprimiendo la propia energía, sino dejándola expandirse, sin limitarse en el irradiar luz, se acaba manifestando el cuerpo de luz, que es una fiesta para infinidad de seres y un gozo personal. Mientras la nutrición la demos a través del cuerpo emocional o energético, cada vez va a ser mayor el agotamiento bioquímico y se establecerá una lucha de poder… más bien una lucha de hambre tratando de tomar de otros inconscientemente la energía que nos falta. Y nunca será suficiente hasta que no tomemos luz. Lo demás es como comer migajas.

Al permitirse dar luz sin límites, y también recibirla, se activa el flujo y el equilibrio del dar y el recibir en el mundo material. No pidas en este mundo, deja que llegue en resonancia con lo que te permites recibir directamente de la Fuente de Luz, y que llega cuando entregas tu luz (no tu energía) de la misma manera, sin miedo, sin límites, en confianza total.

Hablando del Covid, nos damos cuenta cómo todos los saltos evolutivos y de conciencia han sucedido tras grandes pandemias: los que pueden absorber la nueva información y transmitirla, sobrevivan, lo que no pueden mueren. Y una clave para recibir la información de evolución y no de enfermedad, es la de sintonizar con esa posibilidad y abrazar, tomar e integrar al mensajero (el virus). Claro que al final depende de que el organismo esté preparado para ese cambio.

Agradecimiento a mi mujer por facilitar el propósito de formar parte de la familia y poder transmitir a mi hijo y recibir de él tantas bendiciones que habíamos pactado en nuestras almas para este momento y nuestra mutua evolución, reconciliación de conflictos y aprendizajes divinos.