Mi vocación siempre fue el sacerdocio: comunicar a Dios a las personas. No encontrando coherencia en la fe católica tradicional, voy desarrollando inquietudes espirituales que me llevan a formarme como instructor de yoga y meditación y terapeuta Reiki. En 2005 entro en contacto con las Sintonizaciones Crísticas (Viajes de Conciencia), que me ayudan a despertar memorias ancestrales y la consciencia crística que todos somos, y me intereso por facilitar esta experiencia. Así navego un camino de espiritualidad que funde la consciencia crística y búdica enriqueciéndose e interpretándose una a la otra.

Ya viviendo en Cancún, y tras un retiro Vipassana de silencio y meditación (2008), dejo mi cargo para rendirme a mi vocación, comenzando una etapa de crisis y crecimiento a través de terapias, ceremonias y la familia espiritual que creamos en SolVerde. En poco tiempo, un sanador me enseñó masaje maya, aprendí Tzolkin (calendario maya), otro sanador me enseñó a escuchar el inconsciente a través del cuerpo, la terapia neural me ayudó a desbloquear memorias en el cuerpo, con Don Antonio (abuelo maya) experimenté las Putsia (terapia de punción), aprendí EFT (tapping) y viví decenas de constelaciones familiares con Cielo Falcón.

Todo ocurrió espontáneamente y así comenzó a fluir una forma de sanación consistente en explorar el cuerpo para liberar los samskaras (residuos o memorias emocionales de la experiencia de vidas) y energías espirituales (entidades, ancestros, conjuros, etc) que bloquean el fluir de la energía y generan problemas físicos, confusión mental, desorden emocional y desconexión con nuestra esencia divina de Luz y Amor. Este trabajo se complementa con una forma de constelación personal a través del cuerpo.

En 2010 aprendí del Camino Rojo una espiritualidad basada en honrar la continuidad de la Vida y rezar compartiendo desde el corazón y para sanar nuestras relaciones con todo lo que nos rodea.

Adicionalmente, continúo compartiendo los Viajes de Conciencia, que ordenan memorias ancestrales, restauran el equilibrio Padre-Madre (yin-yan) y permiten reconectar el Hijo (niño interno), una auténtica Iniciación que con frecuencia trae visiones y mensajes importantes junto a la experiencia de fundirse con el Todo.

Es momento de que aprendamos a aceptar y amar nuestra oscuridad como única forma de iluminarla y trascenderla. Únicamente se nos pide entregarnos con Amor a compartir desde el corazón. Todo lo demás solamente tiene sentido al servicio de activar esta actitud e intención en cada uno y aprender a Amar desde la libertad interior.

La comprensión y el crecimiento profundos vienen de la experiencia, no del conocimiento. Si no se reflejan en relaciones más sanas y amorosas, el trabajo ha sido una ficción mental. Existen diferentes capas de realidad e ilusión. Desde la canalización de Ángeles hasta una cena con amigos, todo es perfecto siempre que la intención sea de Amor y exista Congruencia. Finalmente, el camino que intentamos recorrer se resume en: “Verdad, Amor y Servicio”.