Las Ceremonias han sido parte fundamental de mi evolución,  en cada etapa diferentes tradiciones que fueron generando un entendimiento diferente y más profundo de la realidad y de mí mismo. Seguidamente te comparto algunas experiencias de mi camino y la forma en ahora las ceremonias se han convertido en actos de Sanación y Transformación.

Contáctame si resuenas con lo que te voy a compartir, para  informarte y tenerte en cuenta para próximos eventos. (cel +52 9981861641, Arístides)

  • De pequeño, la Misa católica, llegando a oficiar algunas (salvo los sacramentos) y sintiendo la ligereza y plenitud que me otorgaba comulgar así como una forma de introducirme en la metafísica.
  • Los encuentros de yoga también se convirtieron en ceremonias, en burbujas más allá del tiempo y el espacio para el reencuentro con el Ser en diferentes estados de conciencia; de la misma manera que las iniciaciones y sesiones de Reiki.
  • Cada taller de Constelaciones en que participaba (y después facilitaba) se convirtió en un acto ritual de liberación y de integración, en los que se manifestaba un Universo interno conectado con los universos implicados del sistema y de cada participante.
  • Las ceremonias de Fuego invocando todo aquello que representa cada una de las 7 direcciones para integrarnos con nosotros mismos y con el Todo. El entendimiento del fuego como centro de la Comunidad y el Agradecimiento por nuestras relaciones y poder sanarlas para evolucionar en el amor tomando el poder al servicio de la comunidad.
  • Las ceremonias de tambor acompañado por el animal de poder, aprendiendo a navegar con su ayuda por otras realidades espejo de la nuestra.
  • Las ceremonias del Camino Rojo, en el Teocali de la Montaña, con Peyote y compartiendo el Tabaco como medicina para el perdón y el agradecimiento, para hablar con el corazón y trascender a diferentes realidades, en las que el dolor y el amor en cada uno manifiestan arquetipos colectivos que se sanan a través de cada liberación y tomando responsabilidad por todo lo que inconscientemente genero.
  • Ayahuasca-Wasi, y la confrontación con los contenidos más oscuros de la mente, las pesadillas y también el despertar a la Vida. El entendimiento del dolor detrás de cada ser atrapado en la oscuridad y la posibilidad de llevarlo al Amor, de mostrarle la Luz.
  • Y tantas otras  ceremonias, desde las liberaciones Cristianas hasta las iniciaciones Budistas tibetanas…

Para entonces ya me había tocado acompañar y oficiar ceremonias de unión para amigos, facilitando la armonización y la canalización de las bendiciones de todos para la pareja, o para un niño, conectándolo en equilibrio con las fuerzas universales que se manifiestan en cada símbolo.

El gran descubrimiento que me llevó a integrar todo lo aprendido fueron las Ceremonias de Colibrí (Sanación del Corazón) a través de un empatógeno (derivado del árbol Sasafrás) que facilita trabajar desde un profundo amor, que cuando toca el dolor, lo hace con una compasión desbordante. En lugar de trabajar procesos individuales, surgió un nuevo diseño con la posibilidad de trabajar procesos colectivos y participativos. Nos permitimos representar unos para otros, ser espejos, y resolver conjuntamente en una constelación continua de movimientos arquetípicos y simbólicos, presentes SIMULTANEAMENTE en diferentes planos de conciencia.

Profundamente presentes en el cuerpo (sin dolor), en el corazón (con un amor inmenso), en los ojos (con un profundo reconocimiento del prójimo y en el prójimo), en la mente (conscientes de la forma en que todo está representado en diferentes aspectos y arquetipos), en el espíritu (reconociendo y liberando seres atrapados).

Cada proceso que se abre en cada uno es compartido y apoyado por todos, conscientes de que dicho proceso lo está representando por todos los demás, sanando el Alma Colectiva. Y siempre un profundo Amor, y tras cada ceremonia, saberse presente en el alma de cada uno, cada uno presente en la propia…

El rapé, tabaco amazónico soplado con plantas medicinales, facilita el silencio de la mente, la empatía y la liberación de memorias y energías contaminando cuerpo y mente. Una coincidencia me permitió conectar el rapé con el trabajo de Ceremonia del Corazón, para llevar el estado de meditación a un proceso de ascensión colectiva hacia la Unidad y el reconocimiento del propio Ser en un estado de mayor conciencia. Desde ahí,  poder abrir los ojos desde una nueva identidad que trasciende el personaje formado por las cargas del pasado. Para descubrir una nueva percepción de la Realidad que toma el Poder, desde el Amor, para transformarla y transformarse a uno mismo y sus relaciones. En el proceso suelen aparecer dificultades y resistencias que se resuelven de forma hermosa a través de ritualizaciones de liberación e integración.